Relampaguean atroces, las luces nacidas del libido de las nubes.
Calles, cielo, personas, realidades grises, tristezas lejanas y cercanas que sangran .
Hay un desdén cínico en las miradas de los que corren buscando refugio de la inminente caída.
Un deseo unisono: escapar de allí, del morir rutinario, de los encuentros fortuitos y falsos, únicas sorpresas en la marisma del frío.
¿Qué horror llevo a estos ojos mirar como miran?
¿Dónde quedaron los días de luz, los sueños temerarios, los amores sencillos?
Y allí se cruzan dos almas heridas, sus ojos no los dejan mentir.
Sueñan lo mismo,
entienden distinto,
muerden pedazos de arte para soñar lo que ahora adolecen.
Un trago de pureza,
una caricia de color,
un beso inapropiado,
un instante de deseo consumado...
adjetivos de un sueño personal
abstracto y hermoso,
un segundo de sentido
a todo.
he aquí una recopilación de escritos viejos, arcoiris que broto de una escala de grises.
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